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Esta es la manera correcta de guardar la cebolla y evitar que se ponga mala antes de tiempo

La cebolla, de la familia allium cepa, es un alimento básico en la despensa. Lo cierto es que esta hortaliza se añade a la gran mayoría de los platos que comemos cada día: verdura, tortilla de patata, ensaladas, guisados, tortitas, hamburguesas, etc.

De este modo, hay infinidad de platos que pueden combinarse con cebolla, ya que aporta un gran sabor a nuestras comidas.

Sin embargo, además de uso culinario, también es un alimento terapéutico que puede ser utilizado como remedio natural para tratar algunas enfermedades, como los resfriados o catarros.

Respecto a su valor nutricional, la cebolla es muy beneficiosa, pues, por ejemplo, una ración de cebolla de aproximadamente 150 gramos puede cubrir hasta el 48% de la ingesta de vitamina C que una persona necesita cada día, explican desde la Fundación Española de Nutrición (FEN), quienes recalcan que además contiene flavonoides, calcio y hierro.

Aunque las cebollas, junto con los ajos y las patatas, son uno de los alimentos que más bien se conservan y, por tanto, que más tiempo nos duran intactas, sigue siendo necesario aprender a conservarlas bien en casa.

A continuación, te damos las claves para conservar y almacenar cebollas en buenas condiciones, así como para guardarla cortada en la nevera y permitir que dure más tiempo.

Después de escoger y comprar las mejores cebollas en la verdulería o en el supermercado, es importante guardarlas bien en nuestra casa.

En primer lugar, a la hora de escogerles un sitio adecuado, es muy importante que no estén muy cerca de las patatas, ya que absorberían su humedad y se estropearían.

Debemos tener en cuenta que el lugar donde las guardemos debe ser oscuro, con una temperatura constante entre 4ºC y 10ºC, y preferiblemente bien ventilado y seco.

Para guardarlas, no hay que utilizar bolsas de plástico de almacenamiento, aunque podemos conservarlas con una malla o red, haciendo un nudo entre cada cebolla para evitar que absorban la humedad al entrar en contacto entre ellas.

Otra opción para guardarlas es utilizando una bolsa de papel con agujeros pequeños y llenarla de cebollas hasta la mitad para que circule el aire.

Las cebollas enteras, pueden conservarse perfectamente fuera de la nevera, pero si hemos abierto una cebolla y no la hemos consumido toda, lo mejor es guardar la parte que nos ha sobrado en el frigorífico.

En ese caso, podemos colocarlas en el cajón de la nevera, siempre cubriéndolo previamente con papel absorbente y envolviendo las cebollas con el mismo para evitar la humedad. Al guardarlas, hay que intentar no amontonarlas para que no estén cerca entre ellas.

Otro método para guardar las cebollas es cortarlas previamente. Para que no se ponga amarilla al poco tiempo, la pelaremos bien, quitando toda la cascara, y la pondremos en un recipiente con agua durante una hora. Al sacarla, la escurriremos perfectamente y la cortaremos en trozos.

Para evitar que se oxide, guardaremos la cebolla cortada en bolsa con sellado, eliminando todo el aire que sea posible de su interior. Por último, la meteremos en la nevera, en la parte que menos humedad haya.

El último método que proponemos para guardar la cebolla a trozos es congelándola. Para ello la picaremos y la guardaremos en bolsas individuales en el congelador.

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