El primer contenedor de reciclaje que se colocó en España fue el conocido iglú de vidrio en 1982. No obstante, no fue hasta 1997 que la familia de contenedores comenzó a crecer y se incluyeron los amarillos y los azules. 

Tras unos 30 años de andadura de la conciencia ecológica en nuestro país, 38,9 millones de españoles reciclan sus envases a diario, según los datos aportados por Ecoembes en 2020.

No obstante, aunque estamos en contacto con el reciclaje de forma diaria, seguimos cometiendo errores básicos y nos genera ciertas dudas. En NIUS intentamos resolverte las siete más comunes. 

Aunque podría pensarse que los residuos orgánicos pueden entorpecer la cadena de reciclaje, lo cierto es que no hace falta lavar los envases, ya que son las propias empresas de reciclaje las que se encargan de ello. 

Una vez acabado el producto, el envase de los aerosoles puede reciclarse depositándose en el contenedor amarillo. 

Este es uno de los errores más frecuentes. Aunque las servilletas están hechas de papel, una vez usadas deben tirarse a la basura orgánica. 

En el contenedor verde solo deben tirarse los productos de vidrio. En el caso de los vasos, vajillas, espejos o bombillas estamos hablando de productos de cristal, por lo que deben llevarse al punto limpio.  

Aunque el contenedor marrón se denomina basura orgánica, no todos los restos de este tipo deben depositarse en él. Algunos ejemplos de residuos que no deberías tirar al contenedor marrón son: pelos, polvo, arena para mascotas o heces. En su defecto, tienen que ir al contenedor gris. 

Los otros restos orgánicos provenientes de la comida o de plantas, sí que deben reciclarse en el contenedor marrón. 

En ningún caso debes tirar los medicamentos a la basura. Para reciclarlos de forma efectiva, deberás llevarlos a los contenedores especiales que hay en las farmacias. 

El punto limpio es un lugar encargado de gestionar de manera efectiva los residuos que no pueden reciclarse de forma convencional. Lo más probable es que tengas un punto limpio muy cerca de ti, ya que existen puntos limpios fijos, puntos de barrio y puntos limpios móviles. 

En el punto limpio podrás llevar, por norma general, muebles, ropa, espejos, pilas y baterías, cartuchos de tinta de la impresora y dispositivos electrónicos.